Lucky es un dramón de aquellos que tardan años o casi décadas en aparecer en la pantalla. Harry Dean Stanton (Lucky) es un veterano de 90 años que vive en sólo en un pueblo desértico. Lucky es un hombre de rutinas, toma su desayuno donde mismo, conversa con las mismas personas y ve los mismos programas en la televisión.

Lucky es una de esas extrañas películas donde no pasa nada pero todo a la vez. No hay una historia que nos mueva, no hay héroes, no hay villanos, no hay conflictos, es la vida misma, es el mero acto de vivir lo que se transforma en el argumento y que nos mantiene pegado a la pantalla por casi 1 hora y media que felices hubiésemos seguido viendo por harto rato más.

Harry Dean Stanton nos regala una última actuación soberbia, simple e inolvidable. Para los que no lo conozcan, cabe mencionar que fué uno de los actores predilectos de David Lynch, director con el cual incluso comparten algunos minutos en pantalla aquí en Lucky.

Lucky es una película maravillosa, pacificadora, sabia, que hace temblar a los que aún tenemos a nuestros abuelos vivos y que entretiene como muy pocas lo pueden hacer. Un guión exquisito, una fotografía impecable, el humor justo, actuaciones perfectas y una banda sonora precisa. Todo en Lucky se siente natural, podemos casi tocar la química entre todos los personajes. Excelente debut del señor John Carroll Lynch, sin lugar a dudas un instant classic que su único error es que nos dejó con ganas de más.

⭐ 9 / 10

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